RECUPERACIÓN O DESCANSO ACTIVO
Consejos Deportivos
03/07/2019
Todo esfuerzo físico que realicemos incluye un daño a las fibras musculares y un vaciamiento de los sustratos energéticos, así como una elevación de los niveles de ácido láctico que reducen el rendimiento físico. Por ello, para que el cuerpo sufra una adaptación positiva que beneficie al organismo, es necesario considerar una eficiente recuperación.
La recuperación pasiva es aquella que incluye el reposo, mientras que la recuperación activa incluye la no inmovilización del cuerpo para reponer las pérdidas y facilitar la adaptación después del esfuerzo.
Podemos efectuar una recuperación activa entre series de musculación o entre series de entrenamiento atlético, de corta duración y alta intensidad, también, podemos considerar la recuperación activa los días posteriores a una competencia o a un entrenamiento intenso.
La clave está en efectuar ejercicios suaves, que movilicen el cuerpo y no lo fatiguen, pero sí que estimulen la circulación sanguínea, oxigenen los tejidos y purifiquen los músculos del lactato concentrado.
La recuperación activa favorece la liberación de endorfinas lo que ayuda a reducir el dolor muscular posterior al esfuerzo y descongestiona los músculos, los relaja y contribuye a su funcionalidad posterior, al mismo tiempo que reduce el riesgo de lesiones.
Una eficiente recuperación activa debe estar conformada por ejercicios que impliquen un esfuerzo para el cuerpo, pero de una intensidad muy baja.
También podemos efectuar una recuperación activa en el momento de enfriamiento o vuelta a la calma, para provocar un descenso de la frecuencia cardíaca de manera progresiva y al mismo tiempo, favorecer el flujo sanguíneo por todo el cuerpo que reduzca los niveles de ácido láctico e incremente la llegada de oxígeno y nutrientes para reponer las pérdidas.
¿EN QUÉ CONSISTE LA RECUPERACIÓN ACTIVA O DESCANSO ACTIVO?
Consiste en realizar durante la jornada de descanso una actividad física a una intensidad muy baja, evitando alcanzar un determinado número de pulsaciones e impidiendo que los músculos se vean sometidos a grandes esfuerzos.
Una de las mejores formas de saber si estamos "descansando" de la forma adecuada es controlando las pulsaciones. Deberemos mantenernos siempre por debajo del 50 – 60% de nuestra frecuencia cardíaca máxima, evitando los cambios de ritmo. Lo aconsejable es que esta sesión dure entre 30 y 60 minutos.
Todo esto deberemos combinarlo con una alimentación adecuada en la que aportemos los nutrientes y elementos necesarios para la adecuada recuperación muscular, además de la cantidad de horas de sueño necesarias para dar descanso.
BENEFICIOS DE INCLUIR EL DESCANSO ACTIVO EN EL ENTRENAMIENTO
Mejora de la circulación sanguínea
La llegada de la cantidad de sangre adecuada a los músculos, junto con los elementos necesarios para producir su recuperación resultarán clave para disminuir este tiempo de recuperación entre sesiones de entrenamiento.
El ejercicio aeróbico favorece la circulación sanguínea, por lo que realizando estas suaves sesiones de entrenamiento estamos mejorando y aumentando ese aporte de nutrientes a través de la sangre de forma que hacemos llegar más de lo que gastamos.
Otro elemento que se suministra a los músculos a través de la sangre es el oxígeno, de forma que la realización del descanso activo favorece también esta acumulación de oxígeno.
Ayuda a la depuración de sustancias de desecho
Cuando la intensidad de trabajo es muy elevada, lógicamente nuestras pulsaciones también lo son, y entonces entramos en la franja de trabajo anaeróbico. Es en estas situaciones nuestro organismo genera algunas sustancias de desecho que deben ser eliminadas o depuradas, como es el caso del ácido láctico, uno de los responsables de esa sensación de quemazón y agarrotamiento en los músculos.
El hecho de ejercitar de manera suave los músculos que han generado este ácido láctico, acelera su metabolización en comparación con el hecho de permanecer en reposo absoluto durante esa jornada.
Resumiendo, el mayor flujo sanguíneo y oxigenación que se produce en los músculos durante la recuperación activa favorece la circulación, metabolización y eliminación del ácido láctico.
Entre series resulta más efectivo que permanecer en reposo
Seguir realizando una actividad ligera entre series favorece la eliminación del ácido láctico generado en las mismas y permite obtener un rendimiento físico mayor.
Ahora que ya conoces los beneficios del descanso o recuperación activa, ¿a qué esperas para implementarlo en tu plan de entrenamiento? Te esperamos en Almoradí Sport Nature.